Suena el despertador, son las 4:30h. de la madrugada, a lo sumo tres horitas y poco de sueño pero el gallo rojo ya cantó, noche inquieta y mañana movidita, a por el AVE rumbo a Madrid, segundo café ya, esperando a mis compañeros que me pasan corriendo de la velocidad. ¡Uy, por poco! Pero sí, llegamos.
Mientras partimos hacia nuestro destino, vamos haciendo una puesta en común, debatiendo sobre que nos podemos encontrar, dando a conocer a nuestro cuarto y joven compañero más reciente el funcionamiento de nuestra asociación, y dando rienda suelta a nuestra imaginación para proyectar actividades este año, aunque con tantos recortes y esa austeridad fantochada... ¿habrá que devanarse los sesos?
Se detiene el tren, primera parada del destino, prestos a coger el metro para ir a la Av. De América, a lo que se considera La Casa del Pueblo, la UGT , nuestra casa, si es así no entiendo porqué al llegar por parte de algunos y algunas hay tanto revuelo, ¡Ah! Claro en esta vida debe haber de todo, será eso.
Los compañeros y yo cumplimos con nuestro cometido, el reparto de unas meras hojitas informativas con nuestro logo, a la puerta del 41º Congreso Confederal de UGT, en las cuáles se pone de manifiesto lo que muchos y muchas ya sabemos por lógica aplastante, la importancia inestimable y vital de la juventud, como parte proactiva de la organización, y no sólo como una imagen fresca en un video promocional. No perdemos la esperanza de que todo cambie a mejor, que las enmiendas de juventud sean tenidas en cuenta como merecen, o implementadas en todo caso.
Buen sabor de boca nos queda antes de marchar, gracias a los bocatas de calamares y de ver y escuchar los ánimos de muchos compañeros y compañeras de la casa que no sólo nos apoyan totalmente, si no que además se alegran de ver que estamos allí, y que rompemos lo convencional, al fin y al cabo rebeldía y juventud van de la mano.
Y es que a los y las jóvenes deben tendernos la mano, deben escucharnos activamente y promover nuestra participación en condiciones justas de representación, en aras de un enriquecimiento generacional, de un relevo formado y experimentado e incluso de la propia supervivencia... Porque es justo y necesario.
Como en las carreras de relevos, si no cuidas y miras por quien te sigue, cuando tengas que dar el testigo qué buena mano lo sujetará. Los dinosaurios se extinguieron...
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