NO QUIERO MÁS 8 DE MARZO...

Hoy 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer, y como mujer que soy, es un día que me gustaría que desapareciera de los calendarios.

Y me gustaría que desapareciera por muchos motivos, pero el principal sería porque no tendríamos que seguir luchando para que esa aparente igualdad que hoy simula ser “manifiesta”, fuese una igualdad real y no como es hoy en día, aparente.

Lo que no entiendo es porqué, por el simple hecho de no estar repletas de testosterona, tenemos que cobrar menos que nuestros compañeros por realizar el mismo trabajo.

Lo que no entiendo es porqué el trabajo en casa, es sólo cosa de mujeres, y que ya si eso ya te echan ellos una mano, levantando la taza del váter, gran esfuerzo por otra parte.

Lo que no entiendo es porqué si a una niña se le ocurre jugar al fútbol, el calificativo más bonito que recibe es el de "mari-macho", por no seguir con los improperios aquí.

Lo que no entiendo es porqué la libertad sexual de una mujer, se llena de descalificativos, que ni siquiera voy a nombrar, porque todos conocemos, y la libertad sexual del hombre se denomina "macho ibérico", o ser el más machote de todos los machotes.

Lo que no entiendo es que si eres guapa eres tonta, pero si eres guapo, a parte de inteligente eres atractivo, vamos, todo un partidazo.

Lo que no entiendo es que gobiernos, iglesias, y demás se metan en si una mujer  adulta y responsable tiene derecho o no a abortar, ¿acaso se creen que es una decisión fácil de tomar para una mujer?

Lo que no entiendo, es porqué si una mujer se dedica a su trabajo concienzudamente, la declaran mala madre, pero si lo hace un padre es por el bien económico y social de la familia.

Lo que no entiendo es un sin fin de prejuicios que tiene esta sociedad que se supone democrática y liberal. Porque de boquita para fuera  todos son muy liberales, pero de pensamiento para dentro la mayoría no lo son tanto.

Y al fin y al cabo, todo esto no son más que nimiedades, simples anécdotas, lo más mundano de lo mundano, porque, lo que realmente no me cabe en la cabeza, es que no muy lejos de aquí, de  esta parte del mundo que llaman la desarrollada, aunque a veces no sé muy bien en qué, haya niñas y mujeres que son explotadas física, sexual, laboral y psicológicamente, que sean degradadas al rango del más mísero de los animales.

Lo que no entiendo es que se les niegue el derecho a la sanidad, a la educación, que fusilen a niñas por el simple hecho de querer optar éstas a un futuro mejor.

Lo que no entiendo es que violen a mujeres entre varios hombres, en público, y encima sean ellas a las que recriminan.

Lo que no entiendo es que en nombre de no sé que Dios, porque no creo que ningún Dios lo permitiera, las mujeres sean vejadas, humilladas, explotadas y que tengan que sufrir en su piel, más dolor del que cualquier ser humano podría soportar, simplemente por el hecho de haber nacido mujer.

Pero sobre todo y ante todo, lo que no entiendo es que en pleno siglo XXI, todo esto y mucho más aún, sea real y no solamente un vago recuerdo. Ojalá no dentro de muchos años sean simplemente historias dolorosas y lejanas que resuenan en nuestros oídos, para recordarnos que  luchando, a pesar de las lágrimas, el sudor y las batallas perdidas, pudimos cambiar la historia, nuestra historia.

                                             "Venciste mujer, con no dejarte vencer..."

LO MINI ESTÁ DE MODA

Solían decir que en épocas de bonanza, el desempleo en febrero tendía a disminuir…pues  siento daros la mala noticia de que este año tampoco será de bonanza. El paro supera por primera vez los 5 millones de personas, ya somos 5.0040.222.

Todos y cada uno de ellos y ellas con nombre y apellidos, con historias, con sueños frustrados y con la esperanza perdida.

No importa si eres peón, o Doctor Honoris Causa, no importa si eres del sur del este o el oeste, ésta borrasca llamada crisis que se cierne sobre nosotros, nos afecta a todas y todos.

La tasa de paro juvenil es de las más altas de Europa, sobrepasando ya el 55%, en Andalucía el 65%.

Todavía habrá gente que sólo piense que esto son simples números, estadísticas, unos las utilizarán para atacar a los otros, los otros para atacar a los unos, y unos por otros no se ponen de acuerdo para darle solución al problema.

A raíz de estos datos el 60 por ciento de los jóvenes españoles entre 22 y 30 años estarían dispuestos a aceptar un mini-job, dícese por mini-job, el trabajo remunerado por “15 horas de empleo semanales”, con beneficio fiscales para los empresarios. Dicho así suena hasta tentador.

Pero señores y señoras, estos mini-jobs no son la panacea, en Alemania, casi 7 millones de personas tienen este tipo de contrato, y son casi 7 millones de personas que no llegan a final de mes y tienen que pedir ayudas sociales, claro que esto no lo va promulgando por ahí la Canciller Merkel.

Estos mini-jobs lo único que hacen es desinflar la tasa de paro alemana, sin garantizar los derechos mínimos a estas y estos trabajadores.

Pero es que además el 55% de los jóvenes estaría dispuesto a vivir en un mini-piso de 30  metros. Y como el actual sistema siga así, donde sólo el 38% de los jóvenes vive exclusivamente de sus ingresos, también aceptaremos un mini-coche, unas mini-vacaciones, un mini-salario, un mini-menú…por fin las mini-faldas estarán de moda…no va a ser todo malo…

Y entonces ya dejaremos de ser la generación ni-ni, la generación perdida, la generación mejor formada…seremos la generación mini, porque nos acostumbraremos a tener una mini vida, y nos conformaremos, y nos creeremos que bueno, podría ser peor. Que nuestros sueños, aspiraciones, deseos y esperanzas, no caben en nuestros mini-pisos, ni en nuestras mini-vidas.

Y si en estas mini-vidas creadas de la actual situación de caos que nos envuelve, dejamos fuera los sueños, las ilusiones, las aspiraciones…entonces señores será cuando estaremos muertos, porque la frustración se apoderará de nosotros, la apatía será nuestra bandera, y la desilusión nuestra meta.

Por eso no podemos acostumbrarnos a lo que sucede, porque que en estos momentos sea lo habitual, no significa que debamos acostumbrarnos a ello, porque cuando aceptamos lo habitual como una cosa natural, dejamos de luchar, y cuando dejamos de luchar, cuando bajamos los brazos es cuando las circunstancias que nos rodean nos sobrepasan, mandan sobre nosotros mismos y no al revés.

Y si nos acostumbramos, si nos conformamos, si nos resignamos, ellos siempre ganarán y nosotros nos estaremos autoengañando pensando que no hemos perdido tanto y sin embargo habremos perdido la vida, porque habremos dejado de luchar por ella.