Tan solo una casilla...

         No sé si conocéis la sensación del estudiante de ciencias el primer día que entra en un laboratorio, es ahí básicamente cuando decides tu futuro.  Yo tuve suerte; pisé los laboratorios en Granada mucho antes de entrar en la Facultad, así que conocía la sonrisa que te sale de dentro por ello; esa sonrisa y las ganas de hacer cosas importantes, aunque estas no sean de reconocimiento mundial es lo que nos hace querer ser investigadores.

 Si hablas con un joven investigador en España hay muy pocas cosas que quiere, entre ellas ser reconocido en su trabajo; sí, tened en cuenta que digo TRABAJO, y no tener que irse fuera para vivir. Parece sencillo, ¿verdad?

         Empecemos por el trabajo. En derecho laboral el trabajo debe de ser voluntario, personal, por cuenta ajena, dependiente y retribuido. Deteneros un momento a pensar, una persona que trabaja de Lunes a Domingo de 8 a 20 si hay suerte, ya que las reacciones y los animales no entienden de fines de semana ni horarios estrictos;  Que está a cargo de un superior y depende de él y, a veces, este trabajo es retribuido. ¿No deberían ser tratados como otros trabajadores? ¿No deberían tener sus mismos derechos? Pues en España no es así, son becarios, prácticos y si tienen suerte tienen un contrato de obra y servicio con algún proyecto de alguna facultad…
Como mejoras estos últimos años se ha conseguido que coticen parte de su beca, pero lo que no dicen tan alto es que se han perdido muchísimas de estas becas y proyectos, que hay muchísima gente que trabaja diariamente sin retribución, por el simple hecho de tener una oportunidad para solicitar una beca.

Lo que no se dice es que hemos  perdido hasta un 30% de presupuesto en investigación científica española, eso hablando de lo público. ¿Alguien sabe lo que se ha perdido en lo privado? Sí, ya lo sé, estamos en crisis…

         Seamos sensatos, por otro lado, si aquí no hay dinero para investigar en lo público y las empresas no suelen apostar por el I+D, ¿qué podemos hacer? Lo que se hace es sencillo: o te vas fuera porque fuera te ofrecen un trabajo medio en condiciones y remunerado, o te quedas aquí trabajando, si tienes suerte, en algo que no es realmente para lo que has estudiado, pero que al menos te da para vivir donde tu quieres.

¿Qué perdemos con ello? Parece que nada, pero se pierde algo de un valor incalculable, se pierden patentes y  licencias, eso económicamente; se pierde un progreso que aunque no somos capaces de medir dinamita poco a poco nuestro futuro, un progreso por el cual muchos de nosotros queremos luchar, por el cual muchos ya están luchando.

Desde hace un tiempo se está llevando a cabo una campaña, que apoyamos desde SURGENTE en Granada, para conseguir una Proposición no de Ley  que destine el 0,7%  de los impuestos a la Ciencia, campaña que personalmente espero que se lleve a buen término, pues creo que puede generar una oportunidad para muchos y mejor vida para otros tantos. Campaña que aunque es un comienzo no soluciona muchas de las deficiencias que este colectivo sobrelleva día a día.

Sin embargo, lo único que me da pena de tener que luchar por ello es que como yo, mucha gente dejará de poner su cruz en la casilla para fines sociales, esperando que con ello no creemos una sociedad aún más injusta. Además, muchos de nosotros esperamos que nuestros gobernantes se paren a pensar un momento en lo que la sociedad les está demandando, en sus decisiones, en las consecuencias y sobre todo en los gritos que estamos empezando a dar para que nos escuchen, porque somos jóvenes y tenemos el tiempo, la paciencia y sobre todo las fuerzas para hacer que las cosas cambien, quieran ellos o no.