¿Nunca os habéis preguntado qué esconde este concepto? Quiero compartir con vosotr@s algunas reflexiones acerca de lo que sobre este tema explica la Comisión Europea en su comunicación El futuro demográfico de Europa: transformar un reto en una oportunidad (2006).
Primero, se refiere a envejecimiento de la sociedad como aumento del número de personas mayores, no incluye ideas como las de Giarini, que defiende que a los, 50,60 ó 70 años somos más jóvenes de lo que hubiéramos sido en un pasado no muy lejano. Por lo tanto, se podría hablar de rejuvenecimiento porque vivimos más y mejor.
Segundo, culpa de este hecho, entre otras cosas, a la baja natalidad. Esto, efectivamente, hace que haya un menor número de jóvenes, a menos que se produzca la llegada de jóvenes generaciones de inmigrantes que puedan aumentar la fertilidad. Por lo tanto, encuentro detrás de estas palabras un deseo de controlar el tipo de inmigración que llega a la Unión Europea.
Tercero, este “envejecimiento de la población” conllevará a un aumento de la tasa de dependencia y al disminuir la población en edad de trabajar, se reducirán las tasas de crecimiento en el mercado de trabajo. Y... los sistemas de pensiones serán insostenibles. (Resaltar que este documentado fue redactado en 2006, pensado con anterioridad a la llegada de “la crisis”).
Ante este “problema”, ¿qué proponen? Favorecer la renovación demográfica para que no se quiebre la solidaridad intergeneracional al caer sobre los jóvenes “el peso del envejecimiento”, aumentar el tiempo de vida activa, mejorar la competitividad de la economía europea, organizar la inmigración legal y su integración y, por último, facilitar la acumulación del ahorro y del capital privado, con objeto de que las personas puedan fijar con más autonomía de nivel de ingresos que desean tener cuando se jubilen.
En las conclusiones aclaran que si esto se está encontrando con dificultades es por la incapacidad de las políticas actuales para adaptarse a la nueva situación geográfica y a la reticencia de las empresas y de los ciudadanos para modificar sus expectativas y sus comportamientos, en particular frente a la modernización del mercado de trabajo.
No es que seamos incapaces, es que no queremos.
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